domingo, 23 de enero de 2011

Acerca de la Selección de Profesores


Este año me ha tocado seguir más o menos de cerca la manera en que los colegios y/o consultoras seleccionan a los profesores de educación básica. Me he quedado impresionada por lo siguiente:


1) Todos aquellos con los que he tenido contacto utilizan para seleccionar a los profesores pruebas proyectivas, ya sea el dibujo de la figura humana, el del hombre bajo la lluvia, o la prueba de frases incompletas.

2) Ninguna de las instituciones que he visto hace algún tipo de evaluación por competencias. No se le pide al docente un portafolio, ni un ensayo sobre su sentido de la educación, ni la planificación de una clase, ni un material educativo que él o ella haya elaborado.... nada de nada. Y mucho menos se lo observa en un aula, dando clase.

3) Algunos, pero pocos, utilizan la entrevista. En muchos casos esta es desestructurada y no se sabe bien a qué apunta.

En fin... como digo, esto me ha dejado anonadada. Y hay varias cosas que reflexionar:

Primero: ¿Cuál es el objetivo de la evaluación? Pienso que este puede estarse perdiendo de vista. ¿Se quiere descartar patología? En ese caso las pruebas proyectivas son, a mi juicio, demasiado generales. Entiendo que se desee seleccionar personas saludables, gente que no tenga problemas de consumo de sustancias, de tendencias sexuales desviadas (e.g. pedofilia) o de psicopatía, pero este descarte podría y debería hacerse con instrumentos más precisos, con pruebas especiales, baremadas, diseñadas para tal fin. ¿Por qué la figura humana...? No lo entiendo.

Yo, siendo psicóloga, confío en muy pocas personas como expertas en el uso de instrumentos proyectivos... Y no me atrevería a interpretar ninguno yo misma, hay que tener mucha, muchísima experiencia y formación psicodinámica para poder sacar algo de utilidad del dibujo de la figura humana, más aun cuando estas pruebas son muy conocidas y están totalmente distorsionadas por su divulgación en todos lados, incluído el internet. Y la verdad, no se si los psicólogos que seleccionan docentes tienen el nivel de expertise necesario para usar estos instrumentos con rigurosidad y sentido. Tomados al tuntun, descontextualizados, y analizados en 15 minutos (como me consta que se hace en muchos de estos procesos de selección) los dibujos y las frases se parecen mucho a la bola de cristal, en la que cada uno ve lo que desea. ¿Es esto serio y justo para con el candidato? Me parece que no.

Por supuesto, esto trae a colación el tema más general de la evaluación psicológica y el mal uso que se hace de esta, así como el abuso de una visión clínica en la educación y los colegios, que desde mi punto de vista (y lo he dicho en repetidas ocasiones en este blog), no aporta nada a lo que la institución educativa necesita y demanda. La formación en evaluación es precaria en las universidades, los psicólogos en general no salen sabiendo utilizar y mucho menos crear instrumentos psicológicos válidos y confiables, ni están formados para no creerle a un solo instrumento y pensar en que una evaluación debe hacerse con varios a la vez, cruzando los datos de una prueba con la otra y haciendo validez concurrente (ver si lo que veo en el dibujo se confirma con los resultados de una prueba psicométrica, por ejemplo). Y si añadimos a esto el alto costo de las pruebas psicológicas, por las que nadie quiere pagar, y los asuntos de copyright (que se han endurecido mucho últimamente), tenemos la figura completa: es más barato y menos complicado agarrar un papel y hacerle dibujar cosas a la gente, aunque luego la interpretación de los mismos sea casi casi como un acto de adivinación.

Segundo:Si me dijeran que se trata de una evaluación psicológica y no de competencia pedagógica, igual insistiría en que utilizar solo un par de pruebas proyectivas es insuficiente para lo que se debería identificar en un docente. Procesos tales como su autoeficacia, su capacidad de solucionar problemas, su sistema de valores (especialmente en relación a la educación y su sentido), su estructura moral, así como capacidades más específicas como la de ser cognitivamente flexible y reflexivo, son algunos aspectos psicológicos que sería quizá relevante evaluar en un profesor. Buscar patología, si bien no quiero desestimarlo como objetivo de la evaluación, no es lo único que debe hacerse si queremos seleccionar a buenas personas para la docencia.

Tercero: Y definitivamente, una evaluación psicopedagógica debería ser parte del proceso de selección. Además de pruebas psicológicas y una buena entrevista, no hay nada mejor que examinar los materiales y clases del profesor, y por supuesto verlo en acción en el aula.

Del Blog de Susana Frisancho
Desarrollo Humano, Constructivismo y Educación

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