martes, 29 de septiembre de 2009

Los Celulares en el Avión y la Causalidad Científica

Una de las cosas que más me molestan cuando viajo son las personas haciendo lo que les viene en gana dentro del avión, por ejemplo, durmiendo con el asiento reclinado durante el despegue sabiendo que debe tenerse en posición vertical o usando su celular (o cualquier otro aparato electrónico) cuando está prohibido tenerlo encendido. Sobre esto último, al principio pensaba que se trataba básicamente de un problema de desarrollo moral, de respeto a las normas y al bien común, pero ahora pienso que, además de lo estrictamente moral, hay también aspectos puramente cognitivos que son los que explicarían en última instancia el comportamiento de estas personas.

Pensemos en el niño de 5 años que enciende un fosforito en una pila de papeles y hace un gran fuego, pero que cuando se le acusa de haber ocasionado un incendio dice enfáticamente que él no fue no porque esté mintiendo y quiera protegerse, sino porque su pensamiento causal tiene limitaciones: está auténticamente convencido de que su pequeña acción no pudo haber producido un incendio de grandes proporciones pues no puede ligar sus acciones una tras otra ni predecir estados posibles de cosas a partir de las acciones previas, es decir, no logra asociar su acción de encender un fuego pequeño en una pequeña pila de papeles con la producción de un incendio de una mayor dimensión. El paso de lo pequeño a lo grande no se ve, y su pensamiento no puede conceptualizarlo, imaginarlo, ni predecirlo, porque carece de un sistema de coordinación de las acciones, es decir, no tiene un pensamiento organizado ni operatorio.

Del mismo modo, se me ocurre que muchos adultos que siguen usando el celular en un avión aun cuando saben que está prohibido muestran, además de muy poco respeto por las normas y regulaciones, las mismas limitaciones en el pensamiento causal: probablemente piensan que el celular es muy pequeño para causar realmente algún accidente, o que las ondas no se ven y por lo tanto no deben existir o no deben ser en realidad tan dañinas, o que el celular está físicamente muy alejado del tablero de control del avión, o cualquier cosa parecida.

Estas ideas van en la línea de lo que las investigaciones demuestran sobre el pensamiento formal y la causalidad científica: esta es difícil incluso para los adultos, quienes muchas veces siguen teniendo representaciones muy concretas de los procesos biológicos, químicos y físicos. Mas adelante presentaré algunos artículos sobre estos temas. Ahora solo quiero decir que para que la gente apague su celular en el avión no bastaría solamente que, cuando niños, se trabaje con ellos el respeto a las normas: habría que ponerlos también a estudiar ciencias, de modo que se desarrolle su pensamiento causal.
Del Blog de Susana Frisancho
Desarrollo Humano, Constructivismo y Educación

2 comentarios:

Unknown dijo...

Profesor
LOS CELULARES EN EL AVION Y LA CASUALIDAD CIENTIFICA

Este articulo aunque a muchos les parece un juego para llamar a la responsabilidad de evitar accidentes seria bueno que den charlas en colegios empresas y lugares rurales sobre este tema y sus consecuencias las empresas de celulares y sancionar el uso en lugares no adecuados

Arturo Jurado
4to de secundaria
Nstra Sra de Lourdes

Unknown dijo...

Hasta ahora las pocas veces que e viajado en avión las e hecho de muy pequeña, así que no recuerdo mucho. Pero ya puedo suponer, cuando voy a un banco o lugares públicos en los que prohíben el celular o fumar, no siempre se respetan las normas indicadas, pues se ve que un porcentaje de personas, hacen caso omiso a tales advertencias. Esto nos indica que hay un desconocimiento total de cómo funciona un celular o como afecta el humo del cigarro a los demás personas, este desconocimiento nos hace ignorantes ante la magnitud del peligro que estamos desarrollando. Los seres humanos somos los causantes de nuestros propios problemas y pronto estaremos llegando a nuestra autodestrucción, sabemos y entendemos muchas cosas pero poco hacemos por no empeorarlo, tal es el caso de la destrucción de la capa de ozono, el deshielo de los glaciares. La contaminación de los ríos y de los mares, en el ser humano somos causantes de muchas enfermedades y la propagamos sin ninguna responsabilidad, causantes de muchos accidentes tanto aéreos, terrestres y marítimos por no respetar las normas que se da por personas especializadas en seguridad. El adelanto tecnológico hasta hoy es bueno en todo los niveles de nuestras vidas pero pocos son las personas que entienden y saben la magnitud de lo bueno y lo malo que causa este desarrollo industrial, a pesar que todos los días en la TV se menciona el peligro que ocasiona el desobedecer una norma se hace, pero pensamos que el daño es insignificante.

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