lunes, 13 de julio de 2009

Llegar a Ser Persona

Al reflexionar sobre la educación nos encontramos que el auténtico protagonista es el educando; de ahí la importancia de la autoeducación. Pero también es una realidad que se educa con el estímulo de otros, con la ayuda de los padres y profesores fundamentalmente.

En la educación se dan dos procesos: el de individualización y el de socialización. Por la individualización el hombre llega a ser él mismo, produciéndose un acto de asimilación cultural y moral. Por la socialización el hombre aprende a convivir con los demás, a pensar en los otros y servir a la sociedad. A través de estos dos procesos el hombre llega a ser persona: llegar a ser él mismo, realizar todo el valor de la persona (M. Sciacca) y aprender a ser persona (G. Langford).

"El concepto de persona no envuelve imperfección alguna, sino que es perfección pura. En primer lugar, porque es el modo de ser de una naturaleza intelectual, la más perfecta de todas. Y, en segundo lugar, porque expresa el modo de ser más perfecto; es decir, con independencia total de otro sujeto y con absoluta incomunicabilidad” (S. Ramírez: “Introducción a la cuestión XXX”, en Santo Tomás: Summa Teológica, BAC, Madrid 1958, pág. 130).

Cada hombre es una realización imperfecta – puede mejorar – y a la vez es una persona que tiende a su plena realización. Puede mejorar y necesita mejorar.

La educación consiste en ese proceso de mejora, que ha de ser personal, íntegra y total. La “educación integral es aquella educación capaz de poner unidad en todos los posibles aspectos de la vida de un hombre” (V. García Hoz. Principios de pedagogía sistemática. Ed. Rialp, Madrid, 1973, pág 16 y ss).

No es lo mismo que la mejora personal se realice sólo a nivel humano, o que se realice también en la dimensión sobrenatural de la vida de un hombre. En este caso el factor integrador es la fe. La educación integral debe respetar los tres dones esenciales del ser humano: la libertad, el amor y la fe.
Por: Arturo Ramo García.
Inspector de Educación
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lunes, 6 de julio de 2009

Maestro a Mucha Honra

Él era un profesor más bien rígido y convencional. De esos que ocupaban las horas en dictar conceptos o datos que ya figuraban en los textos escolares y hacían copiar el pizarrón en absoluto silencio. Adusto, parco en el saludo, instalado en la fórmula del usted cuando respondía preguntas, era difícil comprender a simple vista por qué los niños de esa escuela lo querían tanto. El diálogo con los estudiantes, sin embargo, revelaría después la razón de esa unánime identificación con un maestro tan acartonado. El profesor Pedro siempre nos escucha, confesaron. Nos deja contarle nuestras cosas. Sólo nos pide que le hablemos en el recreo o después de clases. Los demás, nunca tienen tiempo para nosotros.

Esta historia fue recogida hace algunos años en una escuela muy pobre de la sierra central del Perú y es tan real como el espeluznante testimonio de unos niños a favor de su profesor de matemáticas, un sujeto que practicaba el castigo físico en el aula, pero que también les contaba chistes y se reía con ellos. He contado también en ocasiones anteriores la anécdota de un carismático amigo mío que reemplazó de casualidad, por breves minutos, a un profesor ausente y propuso a la clase que redactaran una descripción, ofreciéndose a sí mismo como objeto de referencia. Las espontáneas carcajadas que compartiría después con ellos, a raíz de la lectura en voz alta de los ocurrentes textos producidos, provocaron que los niños le suplicaran que se quede con ellos y sea su «profesor para siempre».

Quizás les resulte difícil de creer, pero una investigación relativamente reciente de Giselle Cuglievan en escuelas pobres de alto rendimiento en la ciudad de Lima, reveló que el secreto de los profesores a quienes les fue mejor con sus alumnos no estuvo en su enfoque pedagógico, sino en su genuina preocupación porque todos aprendan, en su constante disponibilidad para ayudar a los rezagados, en su interés por comunicarles con sencillez y respeto la razón de sus aciertos o errores. No voy a citar aquí los innumerables estudios que demuestran el inmenso poder de la confianza que los estudiantes reciben de sus profesores, para obtener de ellos una mejor respuesta a los retos del aprendizaje, pero este es un hecho probado.

En las notables investigaciones que Gregory Bateson efectuó a mediados del siglo XX en el ámbito de la comunicación humana, quedó bastante claro que las personas ponen mucha atención a las señales de aceptación o rechazo, de aprobación o censura, de respeto o afán de control de su interlocutor, antes de decidir si se abren o no a los mensajes más racionales de su lenguaje verbal. La historia personal de cualquiera de nosotros podría corroborar este dato. Los profesores que recuerdo con más afecto de mi vida escolar, sin ninguna duda, son aquellos que mostraron un genuino interés por mí, que les importaba mis opiniones y las escuchaban con atención, que se alegraban con mis progresos, que me sacaron amablemente del anonimato y me hicieron creer, con su testimonio, que sí era posible establecer vínculos sanos y constructivos con la gente.

No obstante, hay quienes creen hoy en día que la calidad de la relación humana entre profesor y alumno no vale más que el nivel de dominio en los contenidos disciplinares del currículo que un docente pueda demostrar. Las evaluaciones que hoy se les aplican inducen a creer que un buen docente es el que sabe mucho, no importa si lo que no sabe es justamente cómo lograr que un grupo de niños o adolescentes, de diversas identidades culturales por añadidura, quiera aprender lo que el profesor conoce y pueda hacerlo.

He invertido muchos años de mi vida en recorrer escuelas en todo el país y lo que mis ojos han visto en los escenarios más adversos para un buen desempeño profesional, me ha enseñado una cosa: los maestros que aman lo que hacen y les importa de verdad que sus estudiantes aprendan, son una legión. Todos los docentes que perseveran con afecto y generosidad en su afán idealista, por encima muchas veces de las limitaciones que imponen la pobreza y la lejanía, las insuficiencias de su formación, los anacronismos de su propia institución educativa o la proverbial ineficacia de las políticas educativas, merecen admiración y respeto, pero también respaldo eficaz y sostenido en sus esfuerzos de cambio. Porque sí hay cambios profundos que hacer en la docencia. Sólo que las únicas reformas de la educación que funcionan son las que hacen del maestro su principal agente.
Por: Luis Guerrero Ortiz.

viernes, 3 de julio de 2009

A ti Maestro

Este 06 de julio en Perú se celebra “El Día del Maestro”, muy aparte de las diversas celebraciones y los agasajos que se puedan dar. Es necesario reflexionar lo que involucra Enseñar y Aprender en estos tiempos modernos. Tener la convicción que realizas bien tu trabajo, evitando cometer errores, pues estos son muy difíciles de repararlos.
Tengamos la suficiente paciencia para salir adelante pese a las adversidades, la sonrisa de un niño es el mejor premio que podemos recibir y ver a los jóvenes alcanzar sus metas, nos llena de satisfacción.

A ti Maestro Peruano, en tu día “Muchas Felicidades” y también a todos los maestros del mundo que tienen tan encomiable misión.

Muchas Felicidades

Siempre Recuerda:
  • * Una cosa es saber y otra saber enseñar. (Cicerón, Marco Tulio).

  • * “Si domas a un caballo con gritos, no esperes que te obedezca cuando le hables” (Dagobert D. Runes).

  • * “Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres” (Pitágoras).

  • * “El principio de la educación es predicar con el ejemplo” (A.R.J. Turgot).

  • * “Un profesor trabaja para la eternidad: nadie puede predecir dónde acabará su influencia” (H.B. Adams).

  • * "No es mejor maestro el que sabe más, sino el que mejor enseña”. (Vanceli).

  • * El buen maestro hace que el mal estudiante se convierta en bueno y el buen estudiante en superior. (Maruja Torres).

06 de Julio: Día del Maestro

Esta es una de las fechas más significativas del calendario cívico escolar, pues se rinde un merecido homenaje al maestro, al verdadero forjador de las juventudes que en el futuro dirigirán los destinos de un país. Se escogió la fecha de el 6 de julio como el Día del Maestro debido a que el Libertador José de San Martín fundó la primera Escuela Normal de Varones el 6 de julio de 1822.
Este reconocimiento otorgado a aquellas personas que realizan tan digna labor, quienes llevan el conocimiento de generación en generación instruyendo a la población e inculcando valores.
Pero ya desde los tiempos del Tahuantinsuyo, época en la que ya se rendía homenaje a los sabios o Amautas incas, los maestros de aquella época, que eran respetados y venerados por la labor que cumplían.
Esta percepción no ha cambiado mucho en nuestros días, pues los maestros siguen siendo el ejemplo permanente de sacrificada y noble entrega en bien de la educación de la juventud. Y aunque en muchas ocasiones la función que cumplen es prácticamente anónima, no deja de ser sumamente valiosa, ya que tiene la importante misión de sembrar la semilla del conocimiento entre sus discípulos.

En nuestro país, el maestro vive diferentes realidades según en donde cumple su labor, a lo largo y ancho de nuestra extensa y variada geografía.

No obstante, aún cuando deba afrontar las más duras condiciones de tiempo, clima o región, el maestro se entrega completamente a su labor educadora, pues es consciente de que de él depende consolidar el cimiento sobre el que habrán de sostener los futuros ciudadanos de nuestra patria, aquellos hombres de bien que engrandecerán el Perú a través del estudio y del trabajo.

Para el maestro, educar, mas que una vocación es un proyecto.

La Última Rueda del Coche

Invitación a un Reflexión Ética en el Día del Maestro
Maestro, profesor, catedrático, instructor, facilitador, mediador, guía, enseñante, licenciado; tantos nombres, tantas formas de llamar a los que nos dedicamos a la docencia; pero, lograr que la docencia sea una profesión no es tan simple como cambiar de nombres. Cierto que tras las palabras van implícitas diferentes connotaciones, unas relacionadas con la forma de concebir la actividad (no es lo mismo "dar instrucciones" que "profesar" una disciplina), otras que asignan "status" o auto prestigio social, de ahí que haya para quienes el vocablo "licenciado" o "catedrático" apenas corresponde a su tan "docta" personalidad, o simple postura nominativa, dejando las otras denominaciones para docentes de niveles básicos, como si éstos fueran menos valiosos e importantes.

¡Vaya que nos jugamos trampas con las palabras! Porque antes que ayudar a comprender lo que somos los docentes y a mejorar nuestras prácticas educativas, sirven únicamente para refrendar supuestos, prejuicios y hasta equívocos. Por ejemplo, no falta para quienes ser "licenciados", además de aportarle el brillo de "mayor nivel" en la escala de los "reconocimientos", les exime, a su entender, de ejecutar tareas curriculares de docentes de la EBR; porque supuestamente están "preparados" para la docencia superior y las didácticas universitarias (clases magistrales, exposiciones discursivas) antes que, desarrollar un currículo por capacidades y competencias y cuestionar su papel como docente o profesor que propicia aprendizajes para una formación integral de los estudiantes, a partir de un diseño de sesión de aprendizaje estratégicamente construido.

La docencia, colegas, ES UNA PROFESIÓN que se está enfrentando a un reto que requiere cambios de paradigmas para enfrentar con conocimiento, iniciativa, creatividad y coraje este sistema absorbente de la globalización del consumo y las tecnologías que utiliza el neoliberalismo para difundir su filosofía pragmática. Durante mucho tiempo el sistema educativo funcionó dentro de un paradigma que privilegiaba el desarrollo intelectual que a veces no contribuía en mucho más que en la acumulación de conocimientos. En la actualidad la demanda social es otra: lograr el desarrollo personal integral del estudiante. Hoy día, un maestro debe entender el concepto de desarrollo personal integral, debe entender que es el guía, el que acompaña a los estudiantes en su evolución, el que puede influir en todos los aspectos de su personalidad, no solamente de la capacidad intelectual o de memoria.

Ante esta nueva realidad, los maestros de hoy tenemos que ser agentes que apoyen y ayuden al desarrollo personal integral. Tenemos que conocer y entender a las personas con las que trabajamos, Asumir la necesidad de modificar nuestros procesos para que correspondan a la nueva realidad. Contribuir en la transformación de los climas institucionales, con conformaciones muy distintas a las que estábamos acostumbrados, en las que tenemos que aprender a convivir. El avance tecnológico que se da mediante el uso del celular o de la memoria (USB) y la computadora, que a través de Internet hay maravillas, pero también basura y virus mentales que alienan y enajenan la percepción realista de los estudiantes. Por esto es importante reflexionar y sacar adelante el reto de apoyar a las generaciones jóvenes con un accionar ético que sostenga nuestra profesión. FELIZ DÍA MAESTROS.

Por: Eduardo Valentín
Huancayo - Perú
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jueves, 2 de julio de 2009

Petición del Maestro

Señor: Concédeme la gracia
de brillar cual lucero,
que ilumine las tinieblas
y disipe el mal consejo.

Que mis alumnos me vean
sin temor y sin recelo.

Que abra camino siempre
hacia el bien y el cumplimiento.

Que si hay pena, duda o llanto;
permite llevarle amparo,
y que me recuerden siempre
a través de los años.

Colaboración de Maritza Arcelay
Puerto Rico

maritza_arcelay@yahoo.com

Los Maestros Fascinantes

1. Los buenos maestros tienen buena cultura académica y son elocuentes, mientras que los maestros fascinantes tratan de entender el funcionamiento de las mentes de sus alumnos para poder educarlos mejor.

2. Los buenos maestros tienen una metodología y son didácticos, mientras que los maestros fascinantes tienen la sensibilidad para hablar a los corazones de sus alumnos.

3. Los buenos maestros educan la inteligencia lógica, mientras que los maestros fascinantes educan la emoción, enseñan a sus alumnos a explorar su propio ser.

4. Los buenos maestros usan la memoria como depósito de información, mientras que los maestros fascinantes la usan para estimular la creatividad.

5. Los buenos maestros son temporales, mientras que los maestros fascinantes son inolvidables.

6. Los buenos maestros corrigen el comportamiento, mientras que los maestros fascinantes resuelven los conflictos en el salón de clases con inteligencia.

7. Los buenos maestros educan para una profesión, mientras que los maestros fascinantes educan para la vida.

Autor: Dr. Augusto Cury

En el Día del Maestro

Es buena ocasión para reconocer y recordar a esas personas que han estado conmigo en el aprendizaje no sólo de los libros, sino de la vida... Quiero agradecer a todos mis maestros, esos que desde los inicios escolares han dejado huella en mí.

A los maestros del kínder, de la primaria. Esos que día a día dedicaron su tiempo para enseñarnos las letras y los números, que aguantaron gritos y risas de niños inquietos, que explicaban una y otra vez la lección para que todos la comprendiéramos.

Esos maestros que alguna vez odiamos porque nos dejaban tarea en vacaciones y que amamos cuando nos dejaban salir temprano al recreo.

A los maestros de la secundaria, aquellos que nos enseñaron lo esencial de la vida de adolescente, maestros realmente estrictos que nos enseñaron disciplina y que tenían que castigarnos cuando nos salíamos de clase.

Esos maestros que soportaron con paciencia nuestras risas y burlas cuando hablaban de sexualidad, pero que a la vez nos hacían sonrojar con sus clases, esas que creíamos inútiles pero que ahora sabemos que son la base de nuestra vida.

A los maestros de la prepa. ¡Ah, aquellos tiempos! esos en los que crees que el mundo gira alrededor de ti. Gracias a todos esos maestros que nos hicieron poner los pies sobre la tierra y que poco a poco nos fueron guiando hacia lo que sería nuestra profesión.

Maestros, que nos hicieron llorar con las lecciones de historia, de química y de cálculo y que hoy son recordados con mucho cariño.
A los maestros de la universidad. ¡Cómo olvidarlos! Maestros de vida, maestros de profesión. Esos maestros que te permiten olvidar su título y llamarlo solamente por su nombre.

Gracias a todos ellos por los consejos, por los secretos de profesión compartidos, por vernos como futuros colegas más que como futura competencia, por su apoyo pero sobre todo por la amistad brindada.

A todos ellos, a los que me regañaron y los que me premiaron, a los que me exentaron de un examen, y al que alguna vez me reprobó… Gracias porque es por ustedes que hoy soy una gran profesionista y una gran persona.

Gracias por las enseñanzas del ayer… Y los recuerdos del ahora.

Con mucho cariño en su día.

Por: Gaby Galván
México

10 Competencias del Docente – “Ahora”

1.- ORGANIZAR Y ANIMAR SITUACIONES DE APRENDIZAJE.
  • * Partir de los conocimientos previos de los alumnos y de considerar los errores como parte del aprendizaje, se completa con la capacidad fundamental del saber comunicar implicando a los alumnos en actividades de investigación o proyectos de conocimiento.
  • * Conocer, a través de una disciplina determinada, los contenidos que hay que enseñar y su traducción en objetivos de aprendizaje.
  • * Construir y planificar dispositivos y secuencias didácticas.

2. - GESTIONAR LA PROGRESIÓN DE LOS APRENDIZAJES.
  • * Practicando una pedagogía de situaciones problema.
  • * Concebir y hacer frente a situaciones problema ajustadas al nivel y a las posibilidades de los alumnos.
  • * Adquirir una visión longitudinal de los objetivos de la enseñanza.
  • * Establecer vínculos con las teorías que sostienen las actividades de aprendizaje.
  • * Observar y evaluar los alumnos en situaciones de aprendizaje, según enfoque formativo.
  • * Establecer controles periódicos de competencias y tomar decisiones de progresión.

3.- ELABORAR Y HACER EVOLUCIONAR DISPOSITIVOS DE DIFERENCIACIÓN.
  • * Hacer trabajar a los alumnos en equipo es, sin duda, un nuevo desafío
  • didáctico. Desarrollar la cooperación entre alumnos y ciertas formas simples de enseñanza mutua.
  • * Hacer frente a la heterogeneidad en el mismo grupo-clase. Esto implica el saber crear las condiciones de cooperación necesarias en las que se ponen en juego determinados valores y actitudes, como la tolerancia y el respeto.
  • * Practicar un apoyo integrado, trabajar con los alumnos con grandes dificultades.

4.- IMPLICAR A LOS ALUMNOS EN SU APRENDIZAJE Y EN SU TRABAJO.
  • * Fomentar el deseo de aprender, explicitar la relación con el conocimiento, el sentido del trabajo escolar y desarrollar la capacidad de auto evaluación en el niño.
  • * Instituir y hacer funcionar un consejo de alumnos y negociar con ellos varios tipos de reglas y de acuerdos.
  • * Ofrecer actividades de formación opcionales a la carta
  • * Favorecer la definición de un proyecto personal del alumno.

5.- TRABAJAR EN EQUIPO.
  • * Elaborar un proyecto de equipo, de representaciones comunes.
  • * Impulsar un grupo de trabajo, dirigir reuniones.
  • * Formar y renovar un equipo pedagógico.
  • * Adoptar el rol de líder para dirigir las reuniones e impulsar y mantener el equipo.
  • * Esta competencia emergente se asienta en la convicción de que el trabajo en grupo es un valor fundamental.
  • * También en la asunción de la presencia de conflictos como algo inherente a la
  • realidad de cualquier colectivo.
  • * Por lo tanto, los docentes deberán estar preparados en cuestiones de dinámica de grupos así como capacitados para ser moderadores y mediadores
  • * Afrontar y analizar conjuntamente situaciones complejas, prácticas y problemas profesionales.

6.- PARTICIPAR EN LA GESTIÓN DE LA ESCUELA.
  • * Participar en la gestión de la escuela es una competencia novedosa en el sentido que trascienda la organización del centro propiamente dicho.
  • * Supone trabajar no en circuito cerrado, hacia dentro, sino abrirse hacia la comunidad educativa en su conjunto.
  • * Administrar los recursos de la escuela.
  • * Organizar y hacer evolucionar, en la misma escuela, la participación de los alumnos.

7.- INFORMAR E IMPLICAR A LOS PADRES.
  • * La colaboración, como construcción permanente, es la que enmarcaría la nueva competencia específica de implicar a los padres en la construcción de los conocimientos.
  • * Implicar a los padres en la valorización de la construcciones de los conocimientos
  • * Para ello, un componente previo es el de fomentar reuniones con los padres donde fluya la información y aflore el debate.
  • * El docente, además, deberá estar preparado para el desafío de conducir dichas reuniones.
  • * Ser competente en este espacio de diálogo es saber conceder un papel más activo a los padres.
  • * En otras palabras, saber construir un espacio de colaboración.

8.- UTILIZAR LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS.
  • * La relación con el saber ha cambiado de forma espectacular con la irrupción de las nuevas tecnologías. (TIC, NTIC, Internet, Informática, Redes Sociales, Web 2.0, etc.)
  • * La escuela no puede evolucionar de espaldas a estos cambios.
  • * Estas son las ideas germen que generan las competencias de saber utilizar programas de edición de documentos y de explotar los recursos didácticos de los programas informáticos y de multimedia. Junto a los métodos activos tradicionales, los instrumentos tecnológicos pueden incorporarse al aula como métodos activos postmodernos.
  • * El éxito de éstos dependerá de la competencia del profesor en utilizar lo que la cultura tecnológica actual nos ofrece para ponerlo al servicio de la enseñanza.
  • * Por lo tanto, los conocimientos pertenecen no sólo al dominio técnico sino al didáctico.
  • * Explotar los potenciales didácticos de programas en relación con los objetivos de los dominios de enseñanza.
  • * Comunicar y enseñar a distancia a través de la telemática.

9.- AFRONTAR LOS DEBERES Y LOS DILEMAS ÉTICOS DE LA PROFESIÓN.
  • * La de prevenir la violencia en la escuela y en la ciudad y la de luchar contra los prejuicios y las discriminaciones sexuales, étnicas y sociales.
  • * También saber desarrollar el sentido de la responsabilidad, la solidaridad y el sentimiento de justicia y el saber gestionar las reglas de la vida en común referentes a la disciplina.
  • * En determinados ambientes difíciles los dilemas éticos de la profesión se acentúan, los desafíos aumentan y no se encuentran respuestas.
  • * La negociación y la comunicación son competencias básicas para navegar en el día a día entre las contradicciones de nuestros sistemas sociales.
  • * Participar en la creación de reglas de vida común referentes a la disciplina en la escuela, las sanciones, la apreciación de la conducta.
  • * Analizar la relación pedagógica, la autoridad, la comunicación en clase.

10.- ORGANIZAR LA PROPIA FORMACIÓN CONTINUA.
  • * Ser competentes en organizar la propia formación continua
  • * Es el derecho a la permanencia en el mundo globalizado de la nueva educación.
  • * Saber explicitar sus prácticas.
  • * Establecer un control de competencias y un programa personal de formación continua propios.
  • * Negociar un proyecto de formación común con los compañeros (equipo, escuela, red)
  • * Implicarse en las tareas a nivel general de la enseñanza o del sistema educativo.
  • * Aceptar y participar en la formación de los compañeros. (Orientar y apoyar en las dificultades, sentirnos orgullosos que lo aprendido nos sirve para desarrollarnos y que nuestro entorno crezca).
Ponlo en práctica y prepárate…


Políticas Educativas: Oído a la Música

«El profesor de música de la segunda mitad del siglo XX no enseña música a los niños, hace música con ellos». Esta frase puede leerse en el prólogo de un libro excepcional: «El rinoceronte en el aula» de Murray Schafer, compositor, investigador y educador musical canadiense. La frase es una invitación a la escuela a enfatizar una educación orientada a producir nuevos conocimientos antes que a repetirlos. Lo que implicaría, digamos, no enseñar ciencia sino hacer ciencia con los niños. No enseñar la escritura sino producir escritos con ellos. No enseñar literatura sino hacer literatura con ellos. Esta forma de decirlo quizás les suene exagerada y provocadora, pero ¿En realidad lo es?

Dice Schafer, desde su experiencia como profesor de niños: «He intentado que el entusiasta descubrimiento de la música preceda a la habilidad de tocar un instrumento o leer notas, sabiendo que el momento indicado para introducir estas habilidades es cuando el niño pregunta por ellas. Demasiado a menudo enseñar se ha convertido en el acto de responder a preguntas que nadie nos formula». Es decir, hay conceptos y habilidades específicas que aprendemos mejor, cuando protagonizamos una experiencia que hacer surgir en nosotros la necesidad de hacerlo. No es que no se vayan a aprender, se van a aprender pero como respuesta a una necesidad que la acción creativa despertará.

Margaret Mead, famosa antropóloga estadounidense, decía que en los tiempos actuales estábamos presenciando cambios culturales demasiado importantes como para seguir ignorándolos. Por ejemplo, antes lo común era que los niños aprendieran fundamentalmente de sus mayores. Hoy, sin embargo, se ha hecho bastante evidente en diversas sociedades que los niños aprenden también de otros niños (a veces con más eficacia) y que los adultos mismos pueden aprender de los niños. Las jóvenes generaciones, qué duda cabe, han ganado mucha autonomía en su exploración del mundo, en su socialización y en su propia educación. Es esta mayor capacidad y disposición la que Schafer busca aprovechar, proponiendo una educación musical orientada al descubrimiento del potencial que cada niño posee, para crear música, no para aprender a escribirla o a memorizar la biografía de Mozart.

Confucio decía hace 500 años que olvidamos lo que vemos, recordamos lo que escuchamos, pero aprendemos lo que hacemos. Howard Gardner, destacado investigador del potencial humano, estaría de acuerdo pero con un matiz. El también cree que las escuelas deberían poner menos empeño en los contenidos de las disciplinas científicas y mucho más en dar oportunidades a los estudiantes para hacer ciencia. Es decir, para investigar, pero empleando las nociones y procedimientos de las distintas disciplinas, en aquellos campos de la realidad más urgidos de respuestas en cada país.

Desde las artes y las ciencias surge así una convicción común: las escuelas necesitan convertirse en espacios de producción creativa o seguirán formando ciudadanos para un país que sólo sabe vender sus materias primas para sobrevivir. La pregunta del año, sin embargo, cae por su propio peso: ¿Están nuestras políticas educativas en ese empeño? ¿O siguen anunciando que leer y sumar nos basta para romper el ciclo de la pobreza? Hasta pronto.
Por: Luis Guerrero Ortiz.

Difundido por la Coordinadora Nacional de Radio
Publicado en su sección Pluma y Oído

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