Señor: Concédeme la gracia
de brillar cual lucero,
que ilumine las tinieblas
y disipe el mal consejo.
Que mis alumnos me vean
sin temor y sin recelo.
Que abra camino siempre
hacia el bien y el cumplimiento.
Que si hay pena, duda o llanto;
permite llevarle amparo,
y que me recuerden siempre
a través de los años.
Colaboración de Maritza Arcelay
Puerto Rico
maritza_arcelay@yahoo.com
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