Ha habido y sigue habiendo gran discusión sobre las aplicaciones educativas de la teoría de Piaget. Las principales críticas argumentan que la teoría de Piaget es psicológica y que por lo tanto no se ocupa directamente de asuntos educativos ni aporta a la educación en su conjunto (digamos que la relación entre su teoría y lo educativo se percibe como muy indirecta).
Es cierto que la investigación educativa es distinta a la investigación psicológica, pero eso no quiere decir que lo que la investigación psicológica descubre y aporta no sirva para la educación. Piaget pensaba que la investigación psicológica es una condición necesaria pero no suficiente para la investigación pedagógica, la que requiere de algo más que lo puramente psicológico. Dándole la vuelta a esta idea, también pensaba que no podía haber investigación pedagógica sin investigación psicológica, pues esta última es un requisito para la primera. Por lo tanto, su preferencia por la investigación psicológica no solamente era un asunto de gustos o intereses personales sino también una postura metodológica acerca de la relación que él veía entre los dos tipos de investigaciones.
Una consecuencia directa de la teoria de Piaget para la pedagogía tiene que ver con la manera en que debe asumirse a los niños y la relación que los adultos pueden y deben establecer con ellos. Siguiendo lo que la teoría propone uno debería tratar a los niños "como si" fueran moralmente autónomos e intelectualmente heterónomos, lo que en resumen significa lo siguiente:
1) En relación a lo moral, la escuela tendría que propiciar un tipo de relación con los estudiantes que pase por reconocerlos como sujetos de derecho, tomándolos en cuenta seriamente como agentes morales, incorporando sus puntos de vista en las decisiones que se toman (y que los afectan directamente) y asumiendo con ellos un punto de vista reciproco que evidencie respeto mutuo y no respeto unilateral (ver aquí para una reflexión sobre este último punto), y
2) En relación a lo intelectual, se tendría que asumir siempre que el niño ve las cosas desde un punto de vista distinto al nuestro, que sus razonamientos no son "errores" a los que hay que desaprobar sino esfuerzos genuinos por darle sentido al mundo y explicarlo (ver aquí para un comentario sobre esto.) Las posturas pedagógicas que dan el conocimiento acabado para que el niño simplemente lo "aprenda" deberían casi desaparecer de la escuela, sobretodo con los niños más pequeños. Lo he señalado ya varias veces: asumir que el niño entiende las cosas tal como las entendemos nosotros y que por lo tanto el rol docente consiste solamente en transmitir conocimientos para que los niños los asimilen tal cual el docente se los da es desconocer por completo la naturaleza de la cognición infantil.
La escuela no hace nada de esto, lamentablemente, sino exactamente lo contrario: mantiene a los niños en la heteronomía a través de relaciones verticales y autoritarias y no reconoce las características de su pensamiento por lo que no adecua la enseñanza a ellas. Libritos como Psicología y pedagogía o De la pedagogía (ambos de Piaget) pienso yo que podrían ayudar al menos a reflexionar sobre estos temas.
Es cierto que la investigación educativa es distinta a la investigación psicológica, pero eso no quiere decir que lo que la investigación psicológica descubre y aporta no sirva para la educación. Piaget pensaba que la investigación psicológica es una condición necesaria pero no suficiente para la investigación pedagógica, la que requiere de algo más que lo puramente psicológico. Dándole la vuelta a esta idea, también pensaba que no podía haber investigación pedagógica sin investigación psicológica, pues esta última es un requisito para la primera. Por lo tanto, su preferencia por la investigación psicológica no solamente era un asunto de gustos o intereses personales sino también una postura metodológica acerca de la relación que él veía entre los dos tipos de investigaciones.
Una consecuencia directa de la teoria de Piaget para la pedagogía tiene que ver con la manera en que debe asumirse a los niños y la relación que los adultos pueden y deben establecer con ellos. Siguiendo lo que la teoría propone uno debería tratar a los niños "como si" fueran moralmente autónomos e intelectualmente heterónomos, lo que en resumen significa lo siguiente:
1) En relación a lo moral, la escuela tendría que propiciar un tipo de relación con los estudiantes que pase por reconocerlos como sujetos de derecho, tomándolos en cuenta seriamente como agentes morales, incorporando sus puntos de vista en las decisiones que se toman (y que los afectan directamente) y asumiendo con ellos un punto de vista reciproco que evidencie respeto mutuo y no respeto unilateral (ver aquí para una reflexión sobre este último punto), y
2) En relación a lo intelectual, se tendría que asumir siempre que el niño ve las cosas desde un punto de vista distinto al nuestro, que sus razonamientos no son "errores" a los que hay que desaprobar sino esfuerzos genuinos por darle sentido al mundo y explicarlo (ver aquí para un comentario sobre esto.) Las posturas pedagógicas que dan el conocimiento acabado para que el niño simplemente lo "aprenda" deberían casi desaparecer de la escuela, sobretodo con los niños más pequeños. Lo he señalado ya varias veces: asumir que el niño entiende las cosas tal como las entendemos nosotros y que por lo tanto el rol docente consiste solamente en transmitir conocimientos para que los niños los asimilen tal cual el docente se los da es desconocer por completo la naturaleza de la cognición infantil.
La escuela no hace nada de esto, lamentablemente, sino exactamente lo contrario: mantiene a los niños en la heteronomía a través de relaciones verticales y autoritarias y no reconoce las características de su pensamiento por lo que no adecua la enseñanza a ellas. Libritos como Psicología y pedagogía o De la pedagogía (ambos de Piaget) pienso yo que podrían ayudar al menos a reflexionar sobre estos temas.
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