Esta temática surge luego de una ardua investigación y de la mirada común, de 20 años de ejercicio en la docencia, en que detectamos que los docentes constituyen uno de los colectivos profesionales más afectados por la depresión, la fatiga psíquica, el estrés y otras dolencias físicas y emocionales.
Tanto es así que la Lic. Miriam Bergalli, define el concepto de Malestar Docente Actual sosteniendo que la docencia hoy debe ser asumida como profesión de riesgo. Esta investigación da como resultado un llamado de atención y alerta sobre la gravedad del problema. Pero lo verdaderamente preocupante para el profesorado son los problemas de salud psíquica, de estrés, de depresión o el síndrome Burnout (estar quemado), dolencias todas ellas que los profesionales de la enseñanza califican como “propias de su actividad”.
Es decir, naturalizan estos síntomas llegando a pensar que es normal padecerlos, en quienes desarrollan la profesión docente.
El Malestar Docente, que nosotras diariamente hemos padecido, durante los 12 años de trabajar juntas sin advertir realmente que nos pasaba, ya que teníamos los mismos síntomas, agravados por la causa de la profunda crisis de índole económica, social, moral y cultural atravesada.
Es un tema prioritario de abordaje en un marco de capacitación docente en sentido amplio y de prevención en salud y educación. La situación emocional a la que el docente tiene que enfrentarse diariamente en el aula está contaminada con frecuencia por un clima de falta de hábitos de trabajo y estudio, agresividad y ausencia de límites claros, sumados a los cambios sociales (familias desgranadas, sostenidas por la madre o la abuela, padres y hermanos delincuentes, drogadicción) a los que tiene que adaptar su actividad educativa y que acaban haciendo mella en su propio bienestar personal.
· Es de suma importancia desde la Gestión Educativa Institucional, generar espacios de reflexión docente, intercambio de experiencias, con el fin de mejorar las relaciones personales quebrantadas y desgastadas por los mismos factores ambientales.
· Es necesario identificar posibles patologías, disfunciones o malestares leves y así prevenir la incidencia sobre nuestra escuela, los alumnos y nuestras propias compañeras, favoreciendo el ejercicio de la tarea educativa en un ambiente conflictivo.
Es importante, que a través de una investigación consensuada, desde los equipos directivos se proponga un modo de prevención del Malestar para mejorar la calidad de vida de la población docente a través de estrategias alternativas, para darle solución al problema planteado: síndrome del burn-out o “estar quemado por el trabajo”; por ejemplo por medio de la optimización de los recursos físicos, temporales y humanos. Logrando de este modo el fortalecimiento de los vínculos afectivos, comunicar vivencias y experiencias, el trabajo en equipo, etc. en definitiva, transformar una fuente de insatisfacciones personales en reflexiones profesionales compartidas. El interjuego teoría-práctica permite desarrollar distintos niveles de reflexividad.
El aporte teórico docente se ve enriquecido por el conocimiento práctico y reestructurado el sentido común, a la vez la práctica ha contribuido al proceso de asimilación teórica, actuando como saberes previos que permitieron el empalme para desarrollar nuevos esquemas cognitivos. El interés por este problema de salud, crece día a día, sobre todo en aquellas personas que brindan servicios sociales y los dedicados al cuidado de las personas., ya que están sometidos a una mayor exigencia, pero también a una mayor valoración de su trabajo por parte de los usuarios.
Profesora Beatriz E. Fernández y Profesora Graciela Rivas
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