Por siglos, los castigos corporales (físicos) como los palmazos en el trasero han sido considerados un método necesario e incluso deseable para disciplinar a los niños.
En un estudio correlativo, las nalgadas de los padres se vincularon con comportamiento antisocial de los niños, como hacer trampas, decir mentiras, ser malos con otros, intimidar, pelearse y ser desobedientes (Strauss, sugarman y Giles-sims, 1997)
Se realizo un estudio en estados unidos donde se hizo un seguimiento de caso a los hijos de las madres que utilizaban el castigo físico como método disciplinario, dos años después los niños mostraban claramente conductas antisociales , aún así hay estudios sobre el castigo positivo que dicen tener muy buenos resultados logrando hacer que los niño obedezcan, al menos en un periodo de corto plazo. (Day y Roberts, 1993).
¿Cuáles son las razones porque debe evitarse el castigo físico?
Algunas de las razones por que los padres debieran considerar utilizar el castigo corporal en sus niños como estrategia para modificar su conducta son los siguientes:
- 1. Cuando se utiliza el castigo intenso como dar gritos o palmazos, el adulto (o sea tú mamá o papá) estas entregando al niño un modelo de conducta que se encuentra fuera de control frente a la solución de problemas. El niño fácilmente puede copiar este modelo y utilizarlo en su vida cotidiana, reaccionando a situaciones de estrés como pueden ser; burlas de sus compañeros, reprimendas de la profesora, frustración en la acción de comunicarse o relacionarse con otros, el fracaso, etc.
- 2. El castigo constante puede infundir miedo, ira o evasión en los niños. Skinner frente a esta situación mostró gran preocupación. Al castigar corporalmente a un niño envías información al organismo del niño que le pide alejarse del estimulo que lo lastima, por tanto, no te sorprendas si el niño te evita y te tenga temor, lo más probable que el niño termine asociando al agresor con dolor, ira, odio, miedo y un Sin de emociones destructivas.
- 3. El objetivo del castigo es decirle a las personas “lo que no tiene que hacer en lugar de que hacer”. Un consejo que puede ser útil al momento de castiga a un niño es que al momento de hacer advertencias como por ejemplo “No juegues con eso” complemente la frase diciendo “no juegues con eso, porque mejor no juegas con esto otro o haces esto”. El error que cometen algunos padres cuando castigan a sus hijos es el no dar la opción correcta de lo que si deben hacer.
El niño que se ha encaprichado con jugar con la ropa de la mamá y no ha encontrado nada mejor que sacarla toda de armario, si viene la madre y solo lo regaña por esta acción, sin dar otra más positiva como por ejemplo, en vez de desordenarla hacer que el niño la doble o clasifique o separe la ropa, lo más probable es que continúe haciéndolo a penas la madre no lo este observando por tanto el castigo que la madre pueda dar no va hacer útil porque la conducta es probable que se repita, ya que al niño no se le enseño lo que debía hacer frente a esa situación.
- 4. El castigo puede ser abusivo. Cuando los padres castigan a su hijo no tiene como fin maltratarlo, pero la adrenalina, la furia y la ira que se desata en el momento hace que los padre pierdan el control sobre la situación y quizás ya no solo estén castigando al niño por no haberse ido temprano a la cama, sino también por las cuentas sin pagar, el regaño del jefe, el taco de las doce, etc. (Adams, 1998).
- 5. Lo que se considera castigo puede resultar ser reforzamiento. El niño puede aprender que portarse mal puede atraer la atención de los padres, del maestro o los compañeros de clase, posesionándolo por los otros niños o hermanos. Estudios han demostrado que un porcentaje importante de adultos que castigan corporalmente a sus hijos fueron castigados del a misma manera por sus padres, estos justificaron las agresiones argumentando que en ellos si funciono.
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