"Los maestros, al ponernos al servicio del Estado, no hemos vendido nuestra conciencia, ni hemos hipotecado nuestras opiniones, ni hemos perdido nuestra ciudadanía. El hecho de recibir una suma mensual de dinero significa sólo el pago de nuestros servicios técnicos, pero no el pago de un silencio y de una conformidad que repugna. Quienes pretenden que el maestro debe "callar, obedecer y trabajar" están en un error, y cometen un acto de injusticia y de insulto a la dignidad humana, suponiendo que el maestro de las nuevas generaciones debe ser un esclavo o un lacayo destinado a preparar una generación moldeada bajo el mismo criterio. El maestro debe tener libertad de opinar porque ante todo es un mentor social". José Antonio Encinas.
La democracia es el eslabón perdido
Alguna vez cuando le preguntaron a Gimeno Sacristán sobre el modelo pedagógico más importante que se venía aplicando en Europa, este respondió con ironía que el modelo educativo pensado y repensado por muchos aún no se venía aplicando. La respuesta nos dejó desconcertados a mí y al auditorio que seguíamos con atención una ponencia de él sobre modelos contemporáneos de educación. Nos preguntamos cuál era el modelo, pero la respuesta nos dejó reflexionando sobre las relaciones de poder existentes en las instituciones educativas de todos los niveles en el País. Evidentemente el catedrático de la Universidad de Valencia se refería a la Democracia.
La democracia, ese valor poco común en nuestras universidades e institutos superiores, es tal vez el eslabón perdido de nuestra formación magisterial, su desvalorización tiene un correlato mediato e inmediato en los diferentes ritos de paso o las diversas transiciones de nivel a nivel, de grado a grado, de semestre a semestre en la institución superior. Claro, las extensiones abarcan el Post Grado de nuestras principales universidades donde la mayoría de ellas se encuentran encerradas a la visión panorámica y mono causal.
"Callar, obedecer y trabajar"
Si resumimos en pocas palabras el significado de nuestra formación magisterial, este será "callar, obedecer y trabajar" tal como lo cifrara J.A. Encinas. Esta postura de nuestros formadores es una institución republicana que pertenece al lugar común. Empecemos analizando el currículo de Educación Superior ¿de dónde proceden, quiénes lo elaboran? En el caso de la formación no universitaria, la respuesta es el Ministerio de Educación con algún asesoramiento, los que llegan a manos de los docentes en forma de directivas o libros, quienes se encargan de transmitirlos a sus alumnos de manera unidireccional, y vertical, y en cuya elaboración el docente no tiene ninguna iniciativa ni participación. Esto también pasa en el sistema universitario donde una "comisión" se encarga de elaborarlo arbitrariamente. Esta historia se repite, con los alumnos que no son consultados ni se les permite ninguna iniciativa ni participación en las decisiones del profesor. Estas "verdades oficiales" son los que valen en el desarrollo curricular y todo lo lateral no vale, es decir, todos los actores de la institución educativa se limitan a cumplir las instrucciones del Ministerio de Educación. Y en efecto, existe casi un consenso generalizado en la idea de que la racionalidad política es competencia del Ministerio de Educación y la racionalidad ejecutiva es competencia de los docentes de educación superior del país. Así los profesores sólo son meros operadores de competencias y capacidades. Veamos el soporte teórico de esta postura.
Transferencia y difusión de Tecnología
Uno de los aspectos más importantes que innovó la enseñanza en la educación superior del pasado fue la tendencia mundial -y aún dominante hoy- denominado "Transfer of Technology" simbolizado por la sigla TOT, que usado en el proceso de enseñanza es llamado "Transferencia y Difusión de Tecnología", y este enfoque presupone lo siguiente:
1. Existe apenas una realidad.
2. Esta realidad puede ser conocida objetivamente.
3. Este conocimiento es idéntico para todos y puede expresarse a través de proposiciones válidas por medio de cuidadosos y controlados experimentos, y por tanto se puede difundir de manera idéntica en cualquier contexto.
4. El todo puede ser explicado por las partes.
5. Esta explicación puede ser explicado por medio de causas y efectos lineales.
Como podemos apreciar este soporte epistemológico ha dado origen a la muy conocida y difundida Tecnología Educativa que con sus nociones de Predicción y Control ha sido una práctica permanente en la educación superior y fue traducido en términos operativos como una pedagogía concebida por objetivos y su ejecución debía de garantizarse a través de la medición de los mismos con criterios estrictamente cuantitativos. Esta pedagogía concebida por objetivos con su sed por la eficiencia social ha limitado muchas veces el rol del profesor, quien ha perdido su profesionalidad y autonomía al limitarse a "callar, obedecer y trabajar" con directivas descontextualizadas, así como muchos por razones obvias no han publicado ni siquiera un libro serio, ni un artículo científico o de divulgación en revistas académicas, sin embargo, dictan seminarios, talleres y cursos de investigación, siendo la publicación requisito imprescindible para ejercer la docencia; y por otro lado los estudiantes han perdido su verdadera dimensión al ser repetidores de separatas sin reflexión y simples cumplidores de objetivos al estar limitados a la comunicación y no a una verdadera cátedra o profesionalismo de sus docentes. Y con el denominado enfoque constructivista y cognitivista se ha profundizado esta ideología de la eficiencia social y en la misma lógica curricular hoy en día sólo se los utiliza para operar instrumentalmente competencias y capacidades.
Culto al libro
El otro aspecto común es la exagerada dependencia de los libros, y muchos de estos han sido generalizados en ambientes o contextos muy diferentes que muchas veces al ser "remedados" en nuestra realidad lo contradicen y en vez de resolver nuestros problemas los agravan. Ejemplos de casos de lo que decimos abundan en la Psicología, Antropología, y la misma Educación. La "etiqueta científica" con que vienen rotulados o sellados sólo responden los intereses de la industria editorial y no a las necesidades contextuales. Por eso las connotaciones epistémicas, académicas dependen del antojado criterio de la racionalidad económica. Sin embargo, es preciso señalar que existen libros de primera, segunda, tercera fuente, y; en nuestra educación superior existe un culto a libros de tercera fuente, es decir, a textos plagiados y compilados por terceros que llevados a la jerga académica son generalmente distorsionados, por eso pensamos que existen docentes que en vez de liberar a través de la reflexión a sus alumnos los alienan. Cada profesor cuenta con su paquete de alumnos interpretados, en cuyo derredor han desarrollado un ritual que comprende los abusos e imposiciones Si de adaptaciones se trata ¿quién se adapta a quien? El maestro a sus alumnos y su realidad o aquellos a la mediocridad del Maestro. Es cierto, existen honrosas excepciones porque como sabemos toda excepción confirma la regla.
Una educación superior alternativa para el futuro
Lo primero que hay señalar es la correcta delimitación y ubicación del trabajo académico en el interior de nuestras instituciones de educación superior y no limitarlo a la falta de investigación como una de las causas de su poca relevancia. Existen por lo menos cuatro grandes tipos o modalidades para el desarrollo del trabajo académico: el que se concentra en las labores de enseñanza, el que ubica su centro en la reinterpretación, contextualización o aplicación de los conocimientos, el que se orienta a través de los procesos de descubrimiento o investigación, y el que se finca en la tarea de la integración del saber y supera los límites de la especialización.
Estas modalidades parten de la práctica de valores comunes como alternativas a la diversidad y la multiculturalidad que asumen la profesionalidad, la autonomía, así como el contrato con la creatividad que puede ser resumido en algo muy importante que José Antonio Encinas reclamaba, la dignidad personal del maestro y la dignidad de las instituciones. Sólo con la reorientación de la educación superior que en el país forma profesores de manera similar, uniforme, con los mismos programas y al mismo ritmo conduciéndolo como alguien lo dijo, a un suicidio educacional, sólo cambiando esta práctica rutinaria de usar los mismos syllabus durante décadas y sólo cambiando esa exigencia del docente a sus alumnos de pensar igual que él, sólo exigiendo una pertinencia cultural, una relevancia social y una significatividad personal en concordancia con una real democracia tal como lo imaginaron sus padres y no como lo practican sus difusores encontraremos el destino que le pertenece a la educación superior y el verdadero modelo contemporáneo de la educación superior que según Gimeno Sacristán es la democracia.
La democracia es el eslabón perdido
Alguna vez cuando le preguntaron a Gimeno Sacristán sobre el modelo pedagógico más importante que se venía aplicando en Europa, este respondió con ironía que el modelo educativo pensado y repensado por muchos aún no se venía aplicando. La respuesta nos dejó desconcertados a mí y al auditorio que seguíamos con atención una ponencia de él sobre modelos contemporáneos de educación. Nos preguntamos cuál era el modelo, pero la respuesta nos dejó reflexionando sobre las relaciones de poder existentes en las instituciones educativas de todos los niveles en el País. Evidentemente el catedrático de la Universidad de Valencia se refería a la Democracia.
La democracia, ese valor poco común en nuestras universidades e institutos superiores, es tal vez el eslabón perdido de nuestra formación magisterial, su desvalorización tiene un correlato mediato e inmediato en los diferentes ritos de paso o las diversas transiciones de nivel a nivel, de grado a grado, de semestre a semestre en la institución superior. Claro, las extensiones abarcan el Post Grado de nuestras principales universidades donde la mayoría de ellas se encuentran encerradas a la visión panorámica y mono causal.
"Callar, obedecer y trabajar"
Si resumimos en pocas palabras el significado de nuestra formación magisterial, este será "callar, obedecer y trabajar" tal como lo cifrara J.A. Encinas. Esta postura de nuestros formadores es una institución republicana que pertenece al lugar común. Empecemos analizando el currículo de Educación Superior ¿de dónde proceden, quiénes lo elaboran? En el caso de la formación no universitaria, la respuesta es el Ministerio de Educación con algún asesoramiento, los que llegan a manos de los docentes en forma de directivas o libros, quienes se encargan de transmitirlos a sus alumnos de manera unidireccional, y vertical, y en cuya elaboración el docente no tiene ninguna iniciativa ni participación. Esto también pasa en el sistema universitario donde una "comisión" se encarga de elaborarlo arbitrariamente. Esta historia se repite, con los alumnos que no son consultados ni se les permite ninguna iniciativa ni participación en las decisiones del profesor. Estas "verdades oficiales" son los que valen en el desarrollo curricular y todo lo lateral no vale, es decir, todos los actores de la institución educativa se limitan a cumplir las instrucciones del Ministerio de Educación. Y en efecto, existe casi un consenso generalizado en la idea de que la racionalidad política es competencia del Ministerio de Educación y la racionalidad ejecutiva es competencia de los docentes de educación superior del país. Así los profesores sólo son meros operadores de competencias y capacidades. Veamos el soporte teórico de esta postura.
Transferencia y difusión de Tecnología
Uno de los aspectos más importantes que innovó la enseñanza en la educación superior del pasado fue la tendencia mundial -y aún dominante hoy- denominado "Transfer of Technology" simbolizado por la sigla TOT, que usado en el proceso de enseñanza es llamado "Transferencia y Difusión de Tecnología", y este enfoque presupone lo siguiente:
1. Existe apenas una realidad.
2. Esta realidad puede ser conocida objetivamente.
3. Este conocimiento es idéntico para todos y puede expresarse a través de proposiciones válidas por medio de cuidadosos y controlados experimentos, y por tanto se puede difundir de manera idéntica en cualquier contexto.
4. El todo puede ser explicado por las partes.
5. Esta explicación puede ser explicado por medio de causas y efectos lineales.
Como podemos apreciar este soporte epistemológico ha dado origen a la muy conocida y difundida Tecnología Educativa que con sus nociones de Predicción y Control ha sido una práctica permanente en la educación superior y fue traducido en términos operativos como una pedagogía concebida por objetivos y su ejecución debía de garantizarse a través de la medición de los mismos con criterios estrictamente cuantitativos. Esta pedagogía concebida por objetivos con su sed por la eficiencia social ha limitado muchas veces el rol del profesor, quien ha perdido su profesionalidad y autonomía al limitarse a "callar, obedecer y trabajar" con directivas descontextualizadas, así como muchos por razones obvias no han publicado ni siquiera un libro serio, ni un artículo científico o de divulgación en revistas académicas, sin embargo, dictan seminarios, talleres y cursos de investigación, siendo la publicación requisito imprescindible para ejercer la docencia; y por otro lado los estudiantes han perdido su verdadera dimensión al ser repetidores de separatas sin reflexión y simples cumplidores de objetivos al estar limitados a la comunicación y no a una verdadera cátedra o profesionalismo de sus docentes. Y con el denominado enfoque constructivista y cognitivista se ha profundizado esta ideología de la eficiencia social y en la misma lógica curricular hoy en día sólo se los utiliza para operar instrumentalmente competencias y capacidades.
Culto al libro
El otro aspecto común es la exagerada dependencia de los libros, y muchos de estos han sido generalizados en ambientes o contextos muy diferentes que muchas veces al ser "remedados" en nuestra realidad lo contradicen y en vez de resolver nuestros problemas los agravan. Ejemplos de casos de lo que decimos abundan en la Psicología, Antropología, y la misma Educación. La "etiqueta científica" con que vienen rotulados o sellados sólo responden los intereses de la industria editorial y no a las necesidades contextuales. Por eso las connotaciones epistémicas, académicas dependen del antojado criterio de la racionalidad económica. Sin embargo, es preciso señalar que existen libros de primera, segunda, tercera fuente, y; en nuestra educación superior existe un culto a libros de tercera fuente, es decir, a textos plagiados y compilados por terceros que llevados a la jerga académica son generalmente distorsionados, por eso pensamos que existen docentes que en vez de liberar a través de la reflexión a sus alumnos los alienan. Cada profesor cuenta con su paquete de alumnos interpretados, en cuyo derredor han desarrollado un ritual que comprende los abusos e imposiciones Si de adaptaciones se trata ¿quién se adapta a quien? El maestro a sus alumnos y su realidad o aquellos a la mediocridad del Maestro. Es cierto, existen honrosas excepciones porque como sabemos toda excepción confirma la regla.
Una educación superior alternativa para el futuro
Lo primero que hay señalar es la correcta delimitación y ubicación del trabajo académico en el interior de nuestras instituciones de educación superior y no limitarlo a la falta de investigación como una de las causas de su poca relevancia. Existen por lo menos cuatro grandes tipos o modalidades para el desarrollo del trabajo académico: el que se concentra en las labores de enseñanza, el que ubica su centro en la reinterpretación, contextualización o aplicación de los conocimientos, el que se orienta a través de los procesos de descubrimiento o investigación, y el que se finca en la tarea de la integración del saber y supera los límites de la especialización.
Estas modalidades parten de la práctica de valores comunes como alternativas a la diversidad y la multiculturalidad que asumen la profesionalidad, la autonomía, así como el contrato con la creatividad que puede ser resumido en algo muy importante que José Antonio Encinas reclamaba, la dignidad personal del maestro y la dignidad de las instituciones. Sólo con la reorientación de la educación superior que en el país forma profesores de manera similar, uniforme, con los mismos programas y al mismo ritmo conduciéndolo como alguien lo dijo, a un suicidio educacional, sólo cambiando esta práctica rutinaria de usar los mismos syllabus durante décadas y sólo cambiando esa exigencia del docente a sus alumnos de pensar igual que él, sólo exigiendo una pertinencia cultural, una relevancia social y una significatividad personal en concordancia con una real democracia tal como lo imaginaron sus padres y no como lo practican sus difusores encontraremos el destino que le pertenece a la educación superior y el verdadero modelo contemporáneo de la educación superior que según Gimeno Sacristán es la democracia.
1 comentario:
Hay un premio para vosotros en el blog de Biblioteca amiga http//:bibliotecaamiga.blogspot.com
Este premio se concede por vuestra maravillosa labor educativa e ilustrativa.
Es un placer visitar vuestro blog.
¡Felicitaciones!
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